Como estaba previsto a las 7.30 de la mañana estaban las burras acopladas y sus jinetes en el autobús rumbo a Cogollos de Guadix, paladeando los ricos dulces que nos ha elaborado para la ocasión Carlos Dulce de Leche, entramos en el pueblo en torno a las 8.40.
A 1135 metros sobre el nivel del mar, los poco mas de 700 Cogolleros viven en este pueblo del Marquesado del Zenete en el límite Norte del Parque Natural de Sierra Nevada, formando parte del espacio serrano que los árabes llamaron el Cened aunque sus orígenes se sitúan en el Bajo Imperio Romano en torno a sus yacimientos de hierro y cobre. Lo Reyes Católicos tras su conquista a los Árabes, lo cedieron al Marques de Villena. Fue refugio de los moriscos durante la sublevación.
En la entrada del pueblo encontramos la Cruz en memoria de aquellos que perecieron en la guerra. Destacan la amplitud de sus calles y cuenta con 3 grandes plazas y varios monumentos que reflejan las distintas etapas de su historia, como su Aljibe Árabe del siglo XII y la iglesia de la Anunciación con su retablo Barroco y su torre declarada bien de interés Cultural, que se divisa desde lejos.
Tiene un pantano al pie de la sierra en el cual se puede hacer piragüismo y windsurf. En las cercanías de este, en una colina, se encuentra la ermita de la Virgen de la Cabeza, con la imagen de la patrona, que cuenta con hermosas vistas de la comarca. También disponen de la ermita de San Gregorio.
De sus fiestas destacan La Carretá que se celebra los días 30 y 31 de Diciembre
La Virgen de la cabeza, último fin de semana de Abril y patrona de la localidad.
La fiesta de Moros y cristianos.
San Gregorio, 9 de mayo que se reparten roscos bendecidos a todo el pueblo.
Y como no San Agustín, patrón de la localidad, a finales de agosto cuando se celebran encierros y corridas de novillos.
El motor económico gira en torno a la agricultura y la ganadería.
Su gastronomía destaca el choto al ajillo, las migas, los sustentos los tallarines, el pimentón sus potajes, las gachas, los embutidos caseros de las matanzas y sus ricos dulces (roscos de vino, de manteca, de la sartén, sus tortas, bollos o macarros)
En otoño, si ha habido lluvias, la sierra se llena de níscalos con lo que el pueblo acude a su recogida para su consumo casero o para su venta.
En la plaza del pueblo tras la foto de rigor nuestro amigo Requena nos invita, junto a su madre, a los exquisitos roscos antes mencionados y ponemos rumbo a la Ermita y la Pantaneta. Tras disfrutar estos parajes, seguimos el trazado de la Transneveda, y a las afueras de Cogollos, un compañero se percata que le falta la mochila, estaba en la ermita, volviendo a recogerla junto a unos pocos compañeros.
Reagrupado el grupo, vemos una ganadería con toros de lidia y nos adentramos en Lúgros.
El nombre de Lugros deriva del latín “lupus” que significa lobo (se supone que este animal debió ser muy común en la antigüedad). En la época nazarí fue alquería dependiente de Beas de Guadix.
Las fiestas patronales son en honor a San Antonio a mediados de Junio y destacan también la festividad de San Marcos a finales de Abril, con el conocido potaje de San Marcos y la Fiesta del Santo Cristo de Los Trabajos el 7 de septiembre, la Semana Santa, El día de Santiago donde los amigos y familias pasan el día en el campo junto al río, La Virgen de piedra el 15 de agosto, y los Chiscos en honor a San Antón, San Blas y la Candelaria.
Destaca el ritual de la matanza y la producción del vino.
Cuenta con el cauce del río Alhama cuyos márgenes están cubiertos de castaños, perales, viñedos, alamedas y otros frutales y tras unirse con el río de Guadix forman el río Fardes que después de unirse a otros afluentes formaran el Guadiana Menor.
De aquí seguimos por la Transnevada hasta cerca de La Peza y seguimos ascendiendo hasta Blancares donde ya por carretera llegamos al Hornillo a disfrutar del arroz que nos han preparado, llegando poco después de las 14.30 horas. (Antonio Marín).
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